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Budismo en los Himalayas
A pesar de ser una religión minoritaria en la India o Nepal, el budismo goza de una gran cantidad de adeptos en toda la cordillera de los Himalayas especialmente el Tibet y la región de Ladakh en el norte de la India.
Hay numerosas ramas del budismo pero la más extendida en la región de los Himalayas es el Bejrayana, practicado sobre todo por los tibetanos. Los adeptos budistas son gentes profundamente religiosas y con una gran espiritualidad que basa su conducta en los principios de la generosidad y la compasión.
El budismo se basa en una serie de principios y conductas que la persona debe seguir con el fín de alcanzar un estado superior de conciencia llamado "la iluminación". De esta manera, nuestra existencia no es más que un ciclo infinito de vidas en las que nacemos, morimos y renacemos con el fin de mejorar hasta llegar a la perfección.
El budismo majaiana (‘gran vehículo’) entró en el Tíbet gracias al gurú indio Padmasambhava en el siglo VIII. Hasta ese momento, existía en el Tíbet una religión de carácter animista y mágico, llamada bon. Con el auge del budismo, la religión bon no desapareció, sino que se transformó gradualmente. Parte de la creencia bon influyó también en el lamaísmo. La tradición majaiana no se limita a buscar la liberación personal, sino que tiene como finalidad la liberación de todos los seres y para ello busca alcanzar el estado de buda.
Tras la ocupación del Tibet por parte de China, gran parte de los monasterios budistas fueron destruídos y cientos de miles de tibetanos tuvieron que huir a Nepal y la India, estado que los acoge y les da asilo político. Entre estos refugiados se encuentra el propio Dalai Lama que tras huir a través de las montañas consiguio asentarse en Dharamsala, al norte de la India y reconsteuir allí el gobierno tibetano, desde el exilio.
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